Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Iván Barrondo es director general de John Taylor España y Andorra. El ejecutivo ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en el sector inmobiliario. El directivo, que ahora tiene tomado el pulso del negocio residencial del lujo en España, prevé un 2024 “convulso”. “El próximo año tendremos que digerir la bola que no ha digerido en 2023”, asegura Barrondo, haciendo referencia al parón que se avecina en el negocio inmobiliario en una entrevista con idealista/news.
Los expertos aseguran que se avecinan momentos de cambios en el inmobiliario español. Como experto ¿cómo cree que será 2024?
A priori, peor de lo que podíamos esperar en 2022. Pensábamos que 2023 iba a ser un año de transición, con ciertas incertidumbres y tensiones de tipo macroeconómicas (tipos de interés, inflación), y que en lo íbamos a digerir mejor y más rápido. No ha sido así. La digestión de esa bola la vamos a tener que hacer en 2024.
Siempre hablo de dos realidades: la de la mayoría y la del lujo. El lujo siempre capea mejor estas situaciones, ya que la gente que tiene más dinero del que necesita está, normalmente, menos condicionado a la volatilidad de la economía. Entonces, para el lujo hay un mercado muy fuerte, con mucha demanda y poca oferta. Esto hace que los precios de lo ‘prime’ continúen siendo caros y en crecimiento.
En John Taylor sois expertos en el mercado de lujo. ¿Cómo evolucionará este sector en los próximos dos años?
El lujo sigue teniendo una situación dulce para el vendedor y un poco más amarga para el comprador, pero en ambos casos favorable. El mundo se está polarizando y los ricos, lo son cada vez más, y lo pobres, también. Esto llevará a que sigan comprando y los precios, subiendo.
¿Es el lujo el sector que más tarde se ve afectado en una crisis y el primero que se recupera?
Es una regla que se cumple tanto para artículos de lujo, como experiencias, como propiedades. Si hay crisis, los que tienen más dinero del que necesitan, hay oportunidades, gangas, a las que puede acceder. Y esto dinamiza el sector: para el que vende, conviene. Para el que compra, más, porque lo hace a buen precio.
Sois una empresa con presencia internacional, pero ¿me podría decir las particularidades del negocio del residencial de lujo en España?
Somos una compañía de origen francés muy internacionalizada. El lujo residencial español no difiere mucho del residencial de otras partes de Europa. Se tiene que conjugar propiedades de alto nivel con unas ubicaciones de alta demanda. Esa es la formula. Y que la demanda tenga un componente internacional.
Entonces, los principales destinos del lujo en España es sol y playa…
No, no solo es eso. Madrid lleva despuntando como un foco de interés desde hace tiempo. Estamos recibiendo mucha inversión en la capital, y no tenemos ni sol ni playa. Demanda procendente de Latinoamérica, que esto se lleva hablando hace mucho tiempo, pero un tipo de demanda más reciente es la estadounidense, que cada vez crece más.
«En las crisis siempre hay dos realidades: la de la mayoría y la del lujo”
¿La inversión que llega de Estados Unidos es para comprar segunda residencia o como inversión para rentabilizar?
Es para vivir, como segunda o primera residencia. Es una percepción totalmente nueva para mí, que llevo muchos años en este sector. Es una manera de entrar en Europa, además.
¿Y las nuevas formas de trabajo han aumentado la demanda de residencial de lujo?
Por temas de teletrabajo si, en ubicaciones como Mallorca o Ibiza, que cada vez hay más demanda de vivienda de primera residencia, cuando antes era solo para segunda residencia o de uso vacacional. Esta situación, que se ha asentado (durante el covid fue todo muy nuevo), hay mucha gente que se puede ir a cualquier destino a trabajar, y esto está soplando a favor del lujo.
Habla mucho de Madrid, Baleares… pero, ¿dónde queda Barcelona?
No tenemos presencia física aún allí, y estamos en la búsqueda de socios locales. Barcelona ha sido una capital en si misma, con un carácter propio, y en los últimos ocho años lo ha perdido, ha perdido todo su atractivo por presiones políticas y políticas municipales. Para el lujo, ahora mismo Barcelona es más decadente y Madrid más pujante, sin lugar a duda.
En cuanto a precios del residencial de lujo, ¿en qué punto está ahora y cómo cree que va a evolucionar?
Hasta dónde puede llegar la fluctuación del precio no lo se, porque de ser así sería el más rico de la capital. En Madrid hemos pasado de ver precios euro/m2 en ‘prime’ de 10.000 euros, 12.000 euros o 15.000 euros a oír voces de que las siguientes propiedades que van a salir al mercado puede alcanzar los 19.000 euros/m2. Son mercados muy estrechos: cada millón que subes, la demanda baja, pero el precio por m2 sube.
¿Está teniendo la Ley de Vivienda algún impacto en el residencial de lujo en España?
No lo he percibido en precios. Los topes de alquiler no se están llevando a cabo, aún parece que no existen. No creo, tampoco, en las limitaciones al mercado. Conseguiremos controlar los precios siempre y cuando haya más oferta, pero topando precios a los propietarios solo conseguiremos que haya inversores que abandonen el mercado y que los precios sigan subiendo. No he visto incidencia en el mercado, pero si en la intermediación, ya que tenemos prohibido cobrar honorarios a los arrendatarios.
¿Y la okupación está teniendo algún impacto en el negocio del lujo en España?
No lo he sentido así. En nuestro mercado no he tenido conocimiento de situaciones de okupación. No se el detalle, ni cifras, pero creo que es más fácil que sea una situación que se produzca en un edificio que se ha quedado a medias y no tiene uso, o propiedades vacías…